La bolsa de plástico es el producto estrella de nuestra cultura de usar y
tirar, que malgasta grandes cantidades de materiales y energía para fabricar
productos efímeros de un solo uso, muchas veces superfluos. Las bolsas de
plástico se pueden reemplazar fácilmente por recipientes duraderos y ecológicos.
Tanto su fabricación y distribución como su tratamiento posterior provocan
importantes problemas ambientales. Por todo ello consideramos que es necesaria
su desaparición.
Un uso abusivo
Como suelen ser gratuitas se consumen sin medida e incluso se utilizan muchas más de las necesarias. Una bolsa de plástico tiene una vida útil media de 12 minutos y para su producción y distribución consume agua, energía y el coste ambiental del petróleo. Una vez convertida en residuo tarda más de un siglo en degradarse.
En los últimos 10 años, su consumo ha aumentado un 47% y se sitúa en unos 13.000 millones de bolsas de plástico de un solo uso (100.000 toneladas) al año. Es muy fácil eliminar este residuo tan perjudicial para el medio ambiente y fácilmente sustituible por sistemas tradicionales reutilizables y de larga vida.
Razones para decir NO a las bolsas de plástico
• Se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
• Su reciclaje no es rentable: cuesta 100 veces más reciclarlas que producirlas nuevas.
• La mayoría acaba en el mar o quemada en las incineradoras y en los hornos de cemento. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur.
• Contaminan durante su fabricación y su incineración (dioxinas, cianuro de hidrógeno…).
• A menudo están impresas con tintas tóxicas.
• Tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse.
• Su dispersión en la naturaleza causa mortandad de animales en el medio terrestre y acuático. Las tortugas, los delfines o los cachalotes, por ejemplo, se las comen porque las confunden con medusas y calamares. Es cada vez más frecuente encontrarlas en cadáveres de animales marinos porque provocan el bloqueo, irritación o laceración del tracto digestivo y reducen la cantidad de alimento que los animales pueden ingerir.
• Son de fácil sustitución por sistemas tradicionales: bolsas de tela, carritos, cestas, de papel…
Recuerda sé consciente y dile NO a las bolsas de plástico.
Un uso abusivo
Como suelen ser gratuitas se consumen sin medida e incluso se utilizan muchas más de las necesarias. Una bolsa de plástico tiene una vida útil media de 12 minutos y para su producción y distribución consume agua, energía y el coste ambiental del petróleo. Una vez convertida en residuo tarda más de un siglo en degradarse.
En los últimos 10 años, su consumo ha aumentado un 47% y se sitúa en unos 13.000 millones de bolsas de plástico de un solo uso (100.000 toneladas) al año. Es muy fácil eliminar este residuo tan perjudicial para el medio ambiente y fácilmente sustituible por sistemas tradicionales reutilizables y de larga vida.
Razones para decir NO a las bolsas de plástico
• Se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
• Su reciclaje no es rentable: cuesta 100 veces más reciclarlas que producirlas nuevas.
• La mayoría acaba en el mar o quemada en las incineradoras y en los hornos de cemento. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur.
• Contaminan durante su fabricación y su incineración (dioxinas, cianuro de hidrógeno…).
• A menudo están impresas con tintas tóxicas.
• Tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse.
• Su dispersión en la naturaleza causa mortandad de animales en el medio terrestre y acuático. Las tortugas, los delfines o los cachalotes, por ejemplo, se las comen porque las confunden con medusas y calamares. Es cada vez más frecuente encontrarlas en cadáveres de animales marinos porque provocan el bloqueo, irritación o laceración del tracto digestivo y reducen la cantidad de alimento que los animales pueden ingerir.
• Son de fácil sustitución por sistemas tradicionales: bolsas de tela, carritos, cestas, de papel…
Recuerda sé consciente y dile NO a las bolsas de plástico.